La experiencia de escuchar un audiocuento es maravillosa, podemos poner a nuestros hijos o alumnos sentados en el rinconcito de literatura, pedirles que cierren sus ojos y escuchen un audiocuento que desarrollan las destrezas auditivas, los procesos imaginativos y la creatividad.
Esta experiencia es sumamente motivadora y relajante, se puede trabajar al terminar la merienda en el periodo de reposo y se optienen excelentes resultados.
Al finalizar puedes hacer preguntas sobre que entendieron, sobre las moralejas del audiocuentos y que relaten las historias a sus amigos.
Esta actividad es divertida, y fortalece los valores y el trabajo grupal.